Hiperempatía: un extremo que conduce a la sobrecarga emocional

Las personas con hiperempatía no son solo perceptibles a las emociones ajenas, sino que las sienten como propias. Este rasgo, que no es un diagnóstico clínico, puede llevar a ansiedad extrema, agotamiento mental e incluso dolor físico. Su origen tiene un componente genético, aunque también influye el entorno y experiencias de vida.

Las personas que tienen hiperempatía son aquellas que tienden a absorber el dolor ajeno hasta el punto de experimentar ansiedad y estrés crónico, así como fatiga emocional.

A veces, esta capacidad presenta una superposición genética con el autismo y las personas altamente sensibles (PAS).

“Cada vez hay más estudios que demuestran la base biológica de la empatía. En general, la sociedad tiende a pensar que estas características, como los rasgos de personalidad, son adquiridas y se aprenden. Lo cierto es que son características fundamentalmente innatas“, señala el psicólogo clínico.

Ventajas y desventajas de la hiperempatía

Como todos los rasgos de las personas, cuando resulta excesivo puede suponer un problema más que una ventaja. 

Ventajas 

La hiperempatía permite tener sensibilidad a las emociones de los demás, facilita entenderlas y conectar con ellos. 

Además, permite detectar cambios emocionales sutiles, lo que puede ser útil en profesiones como la psicología, la medicina y la educación. 

También es una capacidad que favorece aptitudes para la mediación y la resolución de conflictos, ya que se perciben mejor las emociones de los involucrados. Este rasgo está relacionado con una alta creatividad y un pensamiento introspectivo, lo que permite desarrollar una gran capacidad para el arte y la literatura. 

Desventajas

Sin embargo, este rasgo puede derivar en problemas emocionales graves cuando se vuelve incontrolable.

En los casos más extremos, los afectados pueden sufrir ansiedad, estrés crónico y fatiga emocional, llegando a perjudicar su identidad al confundir las emociones ajenas con las propias. 

Respecto a las relaciones sociales, estas personas pueden volverse dependientes emocionalmente o abrumarse por la carga emocional de sus seres queridos. 

Hiperempatía en diferentes etapas de la vida

El experto de la UOC explica que la hiperempatía se manifiesta de forma diferente en cada etapa de la vida.

En la infancia, los niños pueden llorar más y ser altamente sensibles al sufrimiento ajeno. Sin herramientas para gestionarlo pueden desarrollar ansiedad. 

Durante la adolescencia, al intensificarse las emociones, esta condición puede generar crisis emocionales y problemas de identidad personal. 

En la adultez, se traduce en fatiga emocional y dificultades para establecer límites con los demás. En el ámbito laboral, afecta en profesiones con alto contacto humano, como en psicología, enfermería o educación. Esta intensidad al percibir las emociones ajenas puede conducir al agotamiento emocional y al “burnout”.

Cómo gestionar la hiperempatía

Para gestionar esta condición, se recomienda entrenar el distanciamiento emocional y aprender a establecer límites aprendiendo a diferenciar las emociones ajenas de las propias. 

También recomienda la desensibilización gradual, que implica exponerse de forma controlada a los estímulos emocionales para fortalecer la resiliencia

En algunos casos, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el mindfulness pueden ser útiles para prevenir la fatiga emocional y ganar en calidad de vida. 

El desapego emocional es otra estrategia efectiva: “A veces el distanciamiento debe ser físico y real, ya que no pueden estar con personas muy cargadas con emociones negativas”, sugiere el experto. 

Fuente: EFE

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